La celebración del día de San Valentín se remonta al siglo III. El emperador Claudio II, quien gobernaba en Roma, decidió prohibir los matrimonios entre la juventud y así, garantizarse el máximo de solteros disponibles para sus futuros soldados.
Ante esto, el sacerdote Valentín empezó a casar a los enamorados de forma clandestina. Por su desobediencia, fue encarcelado y ejecutado el 14 de febrero del año 270.
El papa Gelasio I, siglos después, conmemoró el hermoso gesto que tuvo el sacerdote, haciéndole santo y añadiendo el día de su ejecución al calendario litúrgico para celebrar el amor.
Curiosidad que pocos saben, es que las reliquias del Patrón de los Enamorados, se pueden encontrar en Madrid, específicamente en la Calle Hortaleza 63, en la Iglesia de San Antón, más famosa por su nombre San Antón (patrón de los animales) que cada 17 de Enero mucha gente de todas partes de España se acercan a bendecir a sus mascotas.
Y es que en 1988, el padre Villar, descubrió varios restos del cuerpo de San Valentín, que habían sido olvidados en el sótano del propio colegio parroquial, las Escuelas Pías, ubicado justo al lado de la Iglesia.
Por lo visto, los restos de San Valentín llegaron a España en el siglo XVIII en forma de regalo papal al rey Carlos IV, quién a su vez se las cedió a los escolapios, ya que las reliquias de los santos sólo podían estar en monasterios reales.
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